Le dije: Monta que te llevo al sol. Me dijo: Que tonteria, arderás!.
Le dije que no pensaba ir de día y se reía.
Ya verás, le decía, si te fías de este guía.
Dicen que cuando llegas hay un flash, y me creía, me daba alas,
parábamos a dar caladas en coordenadas desordenadas, sentados en
el Meridiano de Greenwich.
Dejábamos colgar las piernas, sabiendo que la búsqueda era eterna,
y que hay muchas paradas a lo largo del camino, y que lo importante no es llegar
sino... sino el camino en si.
Miramos atrás y supimos que nadie volvería a vernos mas.
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